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Feb

Obituario a Juan de Yarza Nordmark

Hemos conocido la triste noticia del fallecimiento de nuestro compañero Juan de Yarza Nordmark nacido en Zaragoza en 1941, se licenció y más tarde se doctoró en Ciencias Físicas por la Universidad de Zaragoza. Queremos expresar desde aquí nuestras condolencias a sus familiares amigos y compañeros por esta pérdida.

Incluimos la nota que ha publicado su exalumna y compañera María Ángeles Mengual.

El pasado 1 de febrero nos dejó en Zaragoza, Juan Yarza Nordmark. Nacido en Zaragoza en 1941, se licenció y más tarde se doctoró en Ciencias Físicas por la Universidad de Zaragoza.

Su vida profesional consta de dos etapas: la primera, es la desempeñada como profesor en la Facultad de Ciencias y la segunda en el Hospital Universitario Miguel Servet, creando junto con el profesor Fernando Solsona, jefe del Departamento de Radioelectrologia y Medicina Nuclear de dicho hospital, el Servicio de Física. Consiguió que este Servicio contase casi desde los inicios con un simulador digital y un sistema de planificación de tratamientos, algo poco frecuente en aquel momento, además de un pequeño acelerador y un equipo de telecobaltoterapia. Dicho Servicio, fue uno de los primeros no dependientes del Servicio de Radioterapia Oncológica en el sistema sanitario de España.

Tuve el privilegio de conocerlo en esas dos etapas. Como alumna de Selectivo, fue mi profesor de Física y fue tan excelente su labor que me hizo enfocar mi vida hacia la Física, cuando mi idea inicial iba encaminada hacia la Química. Más tarde, formé parte del Servicio de Física donde tuve el placer de trabajar con Juan durante 26 años. Juan era gran amante del trabajo, querido y respetado por todos nosotros, sus compañeros, y en general por todo el hospital. Médicos de diferentes Servicios solicitaban su ayuda, no solo en temas relacionados con la Física Médica, sino también con la informática, estadística, electrónica, etc. Todos ellos se sintieron siempre bien acogidos. Aparte de científico, tenía un punto de ingeniero ya que le gustaba diseñar y construir artilugios que resolvían problemas y mejoraban nuestro trabajo diario.

Persona elegante, culta, deportista, amante de la música, de la buena comida y del buen vino, con el que se podía hablar de todo. Su apariencia seria en el trabajo, contrastaba con su comportamiento divertido, por ejemplo, en las cenas de nuestro Servicio con el de Oncología Radioterápica, siempre con ganas de bailar y disfrutar al máximo.

Como dice, nuestro amigo común, Antonio Brosed Serreta, Juan reunía las condiciones de toda índole, para ser querido y admirado.

Juan seguirá siempre en la memoria de todos los que lo conocimos.